Una Semana Santa bastante "nueva" en sus formas no sólo tiene inconvenientes. Ese es el tema que plantea Álvaro Blanes en El desorden del día y sobre el que reflexiona en La Evolución, un artículo en el que pide que "olvidémonos del manido victimismo en el que parece un delito ser cofrade de Almería. Porque la nuestra está viva, porque podemos acercarnos y acariciarla, mirarla y entenderla para luego poder ordenarla y disponerla como ella quiera, sin obligarla a nada. Y por eso la quiero. Porque nos guste o no es nuestra hija. Y porque ya es hora de que aprendamos a educarla". Para leer todo el artículo, pinchar aquí.
